MENSAJE DE FELICITACIÓN Y ALIENTO A LAS MADRES DE FAMILIA Y MAESTROS
A unos dias de celebrar el dia de las madres, así como de los maestros, los Obispos de México, presentamos a ustedes el mensaje de los Obispos de Mexico por el que quieren dar un MENSAJE DE FELICITACIÓN Y ALIENTO A LAS MADRES DE FAMILIA Y MAESTROS.
En víspera del día de las madres, así como de los maestros, los Obispos de México queremos manifestar anticipadamente nuestro reconocimiento a ellos, en medio de un contexto ineludible que nos convoca a participar de la vida pública de nuestro Pais. Este mes de mayo lo viviremos en medio de una contienda electoral de gran trascendencia para todos. Hagamos de este momento cívico, todo un acontecimiento educativo, de diálogo, madurez y servicio.
A las madres de familia, les decimos que su entrega y fortaleza son admirables. El genio femenino que ustedes proveen a sus hogares, permite a cada niño, adolescente y joven hacer experiencia de la generosidad, de la lógica del don y de la gratuidad. En estos tiempos complejos, su especial aliento, ternura y cariño son fundamentales para la niñez, así como para la sociedad en su conjunto.
A los maestros de México, nuestra solidaridad, afecto y gratitud. Es urgente invertir en su capacitación, acompañamiento y cuidado. Ustedes son quienes comunican, transmiten y atestiguan todo conocimiento que nos hace nobles, conscientes, participes y sabedores de nuestra misión: amar esta Casa Común. Como lo señalamos en el muy vigente documento del Episcopado Mexicano, Educar para una Nueva Sociedad, nuestros maestros son los protagonistas de la educación en los centros educativos¹.
Tanto a los padres de familia, como a los maestros, les pedimos salir al encuentro de nuestros jóvenes y adultos quienes necesitan reflexión y acompañamiento para decidir y cumplir con los respectivos deberes ciudadanos y democráticos.
Además, invitamos a los directivos de escuelas y universidades, a los medios de comunicación, a los distintos organismos de la sociedad civil, a los empresarios y a las Iglesias, entre otros ambientes, a promover ejercicios de diálogo y encuentro, para hacer un discernimiento sobre las características y caminos que debe tomar el futuro de nuestra Nación frente a los desafios complejos que nos aquejan, principalmente en la construcción de paz, el cuidado del medio ambiente, la consolidación de un Estado de Derecho y un Sistema Democrático que suscite el ejercicio y cumplimiento de los derechos humanos de todos.
El tema educativo es fundamental, decisivo. La educación es un punto de partida y de llegada, para consolidar un desarrollo humano, integral, fraterno y sustentable. Por ello, proponemos algunos puntos a considerar, en esta materia:
a) Una educación integral
La educación es una tarea de todos. Los padres y madres de familia son los primeros responsables de la educación de sus hijos. La escuela es una importante institución que coadyuva en la formación de las próximas generaciones, en sinergia con otras iniciativas deportivas, artísticas y culturales, etc. El Papa Francisco insiste, utilizando un proverbio africano, en que: “para educar a un niño se necesita una aldea entera”2,
La educación debe formar a toda la persona, integralmente: sa cuerpo y su espíritu (con sus respectivas facultades: inteligencia, memoria, afectos, imaginación y sentido común); su ser individual y social, su ser abierto a la participación de los valores más auténticos: la verdad, la unidad, la belleza y la bondad. Todos estos valores debemos reconocerlo están en crisis frente a una cultura que se queda con: “…lo exterior, lo inmediato, lo visible, lo rápido, lo superficial, lo provisorio. [En donde] lo real cede el lugar a la apariencia”3. Es muy importante enseñar a pensar, a sentir y a querer bien, el bien, así como a implementarlo correctamente. No basta descar o tener la intención de hacerlo, sino que estos atributos humanos están llamados a ejercitarse, cada vez con mayor madurez, realismo y generosidad. Lo anterior, de acuerdo a nuestra naturaleza de personas dignas, a un correcto fin, al uso de medios y actitudes éticas, de verdadero servicio.
b) Educación para todos
La educación debe ser para todos. Nos duele profundamente que todavía más de un millón de personas estén fuera del Sistema Educativo Nacional, sea por las consecuencias de la Pandemia Covid-19, o por circunstancias de inseguridad, migración o de pobreza, entre otras. Todos estamos llamados a destinar los mayores y mejores recursos en bien de la educación de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes del País.
c) Una educación de calidad
La educación es un proceso muy complejo y delicado que requiere de una clara política pública, construida en el contexto de una verdadera democracia, es decir de la activa participación de los distintos actores de la educación formal y no formal, así como de adecuadas pedagogías, métodos, infraestructura educativa y material, pero sobre todo, de líneas operativas de acción que la hagan verdaderamente un servicio humano. No es suficiente el otorgamiento de becas, ayudas en recursos económicos y materiales. Éstos pueden ser necesarios, pero profundamente insuficientes para el correcto desarrollo del Sistema Educativo Nacional. Es urgente conformar una sólida cultura de la evaluación educativa, en bien de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Sin duda, como todo lo humano, requerimos de instrumentos que siempre son perfectibles. Es apremiante, también, fortalecer, de inmediato, el tan deseado Sistema Nacional de Educación, a partir de la generación de un sistema de información básico que nos permita una gestión integral, realista y con clara proyección hacia el futuro.
d) Una educación verdaderamente humana
La ecucación debe promover y formar todo lo verdaderamente humano. Se asoman en nuestra Patria algunos signos propios de la Cultura de la Muerte, que se traducen en formas de vida carentes de sentido, de consistencia y de valor. Una vida que se estructura en el uso de la violencia, la mentira, la amenaza, la extorsión, la impunidad, el abuso, no es digna de la grandeza del ser humano, quien está llamado al esfuerzo, a la entrega, al amor, al don de sí, al cuidado de todo lo humano y del ambiente natural.
La Iglesia, que es Madre y Maestra, seguirá ofreciendo su servicio educativo y cultural, a través de la evangelización, acompañando al ser humano concreto, en la búsqueda de las respuestas a las preguntas fundamentales sobre el sentido de la vida. La educación está en el centro de la Cuestión Social, en tanto nos permite verificar si el camino de la historia nos conduce a un auténtico sentido del desarrollo humano.
En nuestra tarea de educar, miremos y escuchemos todos a Jesucristo Resucitado, Señor y Maestro, pues Él nos revela la plenitud de la vida, y con ello, la verdad de nuestro ser como personas, nuestra dignidad y vocación. Que Santa María de Guadalupe, Señora y Madre Nuestra, interceda por nosotros con su ternura y cuidado, en este mes de mayo, dedicado a Ella.
Ciudad de México a 02 de mayo de 2024.
† Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey Presidente
† Mons. Ramón Castro Castro
Obispo de Cuernavaca Secretario General
† Mons. Faustino Armendáriz Jiménez
Arzobispo de Durango Presidente de la C. E. para la Pastoral Profetica
† Mons. Alfonso Cortés Contreras
Arzobispo de León Responsable de la D. E. de Educación y Cultura
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1 Cf. N. 54.
2. Mensaje del Santo Padre Francisco para el lanzamiento del Pacto Educativo, 12 de septiembre de 2019. Disponible en: https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/pont-messages/2019/documents/papa-francesco 20190912 messaggio-patto-educativo.html
3. Evangelii gaudium, n. 62.