MENSAJE DE NUESTROS OBISPOS DE LA PROVINCIA ECLESIÁSTICA DE ACAPULCO 2024

Como fruto del XXXIII Encuentro Provincial de Pastoral, llevado a cabo del 18 al 20 de enero de 2024, ponemos a su disposición el MENSAJE DE NUESTROS OBISPOS DE LA PROVINCIA ECLESIÁSTICA DE ACAPULCO.

Comunicado de los Obispos

19 de enero de 2024

A las comunidades diocesanas, a los agentes de pastoral y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Al inicio del «Año de la Oración», como preparación para el Jubileo Ordinario del 2025,los obispos de la Provincia Eclesiástica de Acapulco colocamos en las manos de nuestra Señora la Virgen María, a todos los que caminamos juntos en esta Provincia Eclesiástica de Acapulco.

Los días 18 y 19 de enero de 2024, los Equipos Diocesanos de Pastoral hemos vivido el XXXIII Encuentro Provincial de Pastoral, cuyo objetivo fue «revitalizar el itinerario de nuestra Provincia Eclesiástica, reflexionando sobre el impacto del Acontecimiento Guadalupano en nuestra tarea evangelizadora, preparando el 2o Encuentro Eclesial de México y evaluando nuestro caminar en los últimos años, para avanzar sinodalmente hacia los jubileos del 2025, 2031 y 2033»

Nuestra pertenencia a la Iglesia Católica enriquece la vida pastoral de nuestras Iglesias particulares, por ello hemos reflexionado sobre la síntesis de la primera parte de la etapa universal del Sínodo sobre la sinodalidad (octubre 2023), la propuesta de la Novena Intercontinental Guadalupana y el 2º Encuentro Eclesial de México a realizarse en este año.

En el 2031 celebraremos el 5º Centenario del Acontecimiento Guadalupano y nos preparamos ya desde ahora con una Novena Intercontinental Guadalupana. A lo largo de estos años debemos recordar, valorar y llevar a la vida ordinaria las actitudes de la Virgen de Guadalupe con Juan Diego y Juan Bernardino y hacer realidad para nosotros esa casita sagrada que ella pidió, en cada persona, familia, comunidad católica y en nuestro país.

La realidad de los municipios que pertenecen a nuestras diócesis requiere que todos participemos en un cambio para el bien común. Quienes creemos en Dios y quienes nos declaramos discípulos de Jesucristo, estamos llamados a superar nuestras diferencias y aunirnos en proyectos a favor de la vida, la familia, el matrimonio, la dignidad de las personas,la libertad y la casa común llamada tierra.

Hemos sido creados por Dios que es amor, por amor y para amar. Nos ha dado su imagen y su semejanza, nos ha hecho sus hijos adoptivos y ha puesto en nuestras manos su obra creada.

Todos debemos reflejar esta predilección de Dios por el humano reconociendo y respetando la dignidad del otro en toda circunstancia, así como el derecho a gozar de libertad, de tranquilidad, de la paz, de los bienes materiales necesarios para vivir y del fruto de un trabajo honesto.

Pedimos a todos evitar ser cómplices de acciones que lleven a la inmovilidad la vida económica de los pueblos, los cuales no soportan más la carga abusiva que se les impone. A quienes ejercen el servicio de autoridad suplicamos que encuentren estrategias eficaces para proteger laspersonas y sus propiedades de ataques de grupos criminales.

El año 2024 será decisivo en el ámbito político. Elegiremos a quien conduzca el País como cabeza del poder ejecutivo o como legislador federal. No sólo tenemos que mirar a quién vamos a elegir, sino el tipo de político que queremos que decida a nuestro nombre. Nos urgen políticos que tengan verdadero amor por todos los mexicanos, que busquen el bien común más allá de su propia carrera política o los beneficios de poder, fama o riqueza, que eviten ser inmediatistas y dejen una huella perdurable en el desarrollo del país.

La construcción de la paz necesaria para vivir bien y la corresponsabilidad en la vida política del país son realidades que nos preocupan mucho y reflexionaremos sobre ellas posteriormente. Les pedimos su oración para que el Señor nos haga sensibles ante los problemas que nos aquejan y nos comprometamos en una conversión de la mente, del corazóny de las obras.

Que Santa María de Guadalupe y los Mártires Guerrerenses: San David Uribe, San Margarito Flores y el Beato Bartolomé Díaz Laurel, nos acompañen para contribuir en la construcción de una sociedad cada vez más justa y fraterna.

Con la firme esperanza de que siempre y en todas partes el bien venza al mal, les damos nuestra bendición:

Firman los Obispos de la a cuatro Diócesis que componen nuestro Estado.

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