Reflexión del Encuentro Diocesano de Catequistas 2024

Durante el Encuentro Diocesano de Catequistas 2024, que se llevo a cabo en las instalaciones del Santuario de los Mártires, en Chilpancingo, Guerrero., durante el momento de oración y especialmente en la reflexión de la palabra de Dios, en el Evangelio de san Juan capitulo 17, se les recordaba que : “Cuando el catequista recibe el llamado y le quiere dar una respuesta a Cristo, quien le llama, lo hace con
toda su persona, la cual tiene cualidades, aptitudes, capacidades, deficiencias, debilidades, etc… El catequista se debe dejar transformar por el mismo Anuncio que transmite a los interlocutores. La comunidad está atenta a las personas, a su proceso de fe, a su desarrollo cristiano. Exigencias de acuerdo a la misión de “servidores” de la Palabra. Así vivió Jesús (cf Mc 4,10-12; 6, 31).”

Les dejamos la reflexión integra de ese momento de oración para que ustedes la mediten y se dejen seducir por Dios.

Catequistas glorificadores del Padre en el Hijo por el Espíritu Santo.

Lectura del Evangelio según San Juan 17,1-4

(1) Después de hablar así, Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo: «Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, Jn 12, 28 “¡Padre, glorifica tu Nombre!». Entonces se oyó una voz del cielo: «Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar».”

A lo largo del A. T. el Padre vino poco a poco revelando a su Hijo hasta que llego el momento esperado, todo esto ayudado por los Profetas.

El Antiguo testamento nos prepara para dar una respuesta adecuada ya que a Él se refieren los profetas. “Miren: la joven esta encinta y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel” (Is 8, 14). El ángel le dijo a José “José, hijo de David, no temas aceptar a María como tu esposa, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados” (Mat 1, 20- 21) “El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en tierra de sombras, una luz les ha brillado” (Is 9, 1). “Saldrá un brote del tronco de Jesé, un retoño brotará de sus raíces. Sobre Él reposará el Espíritu del Señor” (Is 11, 1-2). “Yo miraré la llegada del Señor, espero en Dios, mi salvador. Mi Dios me escuchará” (Miq 7, 7) “El Señor tu Dios está en medio de ti, como un héroe que salva” (Sf 3, 17) “Llega el día en que yo haré surgir un hijo de David que se portará como rey justo y prudente” (Jer 23, 5) “Te voy a poner, además, como una luz para el mundo, para que mi salvación llegue hasta el último extremo de la tierra” (Isaías 49, 6)

(2) ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú les has dado.
Jesucristo recibe toda autoridad del Padre y la ejerce con su servicio, invitando a que todos sean sus discípulos para que alcancen lo que viene ofreciendo (Mt. 28, 18), porque no vino a ser servido Mt 20, 28.
En este mandato misionero, se encuentra la base de toda evangelización de la Iglesia, de llevar su mensaje por todo el mundo. En especial el catequista, que ha hecho suyo este mandato, lo ejerce para que muchos de sus catequizandos alcancen la oferta.

Cuando el catequista recibe el llamado y le quiere dar una respuesta a Cristo quien le llama, lo hace con toda su persona, la cual tiene cualidades, aptitudes, capacidades, deficiencias, debilidades, etc.
“Llamó a diez empleados suyos, les entregó a cada uno una moneda de oro y les dijo: trabajen este dinero hasta que yo vuelva” (Lc 19, 12,14)

El apóstol Pablo dijo: “Se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel” (1 Cor 4, 2). Eso significa “Yo planté, Apolo regó, pero Dios hizo crecer” (1 Cor 3, 6). Hemos de hacer nuestra labor lo mejor que podamos y dejar los resultados a Dios.

El catequista se debe dejar transformar por el mismo Anuncio que transmite a los interlocutores. La comunidad está atenta a las personas, a su proceso de fe, a su desarrollo cristiano. Exigencias de acuerdo a la misión de “servidores” de la Palabra. Así vivió Jesús (cf Mc 4,10-12; 6, 31).

(3) Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo.

Una pregunta obligada para el catequista: ¿Que tanto conoces la Palabra? Palabra de Dios, principal fuente de la que se alimenta un Catequista. la Sagrada Escritura evidentemente tiene preeminencia por su peculiar relación con la Palabra de Dios. DC 90

La Palabra de Dios no se agota en la Sagrada Escritura, porque es una realidad viva, operante y eficaz (Cf. Is 55,10-11; Hb 4,12-13) Dios habla y su Palabra se manifiesta en la creación (Cf. Gn 1,3ss; Sal 33,6.9; Sab 9,1) y en la historia. En los últimos tiempos, «nos habló por su Hijo» (Heb 1,2). El Unigénito del Padre es la Palabra definitiva de Dios, que estaba en el principio junto a Dios, era Dios, presidió la creación (Cf. Jn 1,1ss) y se hizo carne (Cf. Jn 1,14), naciendo de mujer (Cf. Gál 4,4) por el poder del Espíritu Santo (Cf. Lc 1,35) para morar entre los suyos (Cf. Jn 1,14). Al regresar al Padre (Cf. Hch 1,9), lleva consigo la creación redimida por Él, que fue creada en Él y para Él (Cf. Col 1,18-20) DC 91

El modelo de una cierta catequesis, nos lo presenta San Lucas en su Evangelio (24, 13-35) en la narración con los Discípulos de Emaús, donde el centro de su enseñanza son las Escrituras y es el mismo Jesús quien las explica y les da cumplimiento.

:🎚Si leíste la reflexión del Encuentro Diocesano de Catequistas 2024, tanbien puede interesarte: Mensaje SS Francisco para la 58ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

Discípulos que no acaban de comprender el misterio, aun cuando han vivido tan cerca a Cristo.
Cristo sigue vivo hoy y es él quien garantiza su Palabra desde la Escritura. Que se perciban sus palabras como vivas pues es él quien se une a lo que se reúnen en su nombre (Mt 18, 20)

«No hay evangelización verdadera mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios». (EN 32) También quienes son ya discípulos de Cristo necesitan ser alimentados constantemente con la Palabra de Dios para crecer en su vida cristiana. (DGC 50)
¿Quién es Jesucristo?
¿Qué dicen sus paisanos? (Mc 3,20-21)
¿Qué dice san Pedro? (Mt 16,13)
Los escribas y fariseos decían (Mc 3,22)

Que dice Jesucristo de sí mismo:
“Si no creen que Yo Soy, morirán en su pecado” (Jn 8, 24), atribuyéndose el mismo nombre de Dios en Ex 3, 14 “Dios dijo a Moisés: Yo Soy el que Soy. Así dirás al pueblo de Israel: YO-SOY me ha enviado a ustedes” 1. Yo soy el pan de vida (Juan 6:35) 2. Yo soy la luz del mundo (Juan 8:12) 3. Yo soy la puerta de las ovejas (Juan 10:9) 4. Yo soy el buen pastor (Juan 10:11) 5. Yo soy la resurrección y la vida (Juan 11:25) 6. Yo soy el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6) 7. Yo soy la vid verdadera (Juan 15:1)

(4) Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste.

Todo un programa de vida, que llevo a cabo día a día en su vida. “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”. Lc 4, 18-19

Preocupándose por hacer siempre la voluntad del Padre: “porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la del que me envió”. Jn 6, 38. Enseño a sus apóstoles a pedir que se haga la voluntad del Padre en su vida. Mt 6, 10. El mismo en su oración pide al Padre que se haga su voluntad y no la suya. “que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo”. Jn 22, 42.

Al concluir su vida en la tierra, Cristo ofrece sus últimas palabra, “todo esta cumplido” Jn 19, 30.

(5) Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera.

El catequista con el cumplimiento de su responsabilidad, donde se va haciendo y perfeccionando cada día, glorifica a Dios con su propia vida.

El mensaje es transmitido a través de Palabras humanas. Pero siempre están referidas a las “obras” a las que Dios realizó y sigue realizando.

Catequista conoce cada día más a Jesucristo para que la vida que llevas sea más semejante a la de él, como cristianos, hemos de parecernos más a Jesucristo. Fil 2, 5. “Tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús”.

Catequista ama más a Jesucristo, con un amor incomparable, un amor tan grande que nada te estorbe para ver cuanto Él te ama, al servirle en los demás.

Catequista, sirve cada día mejor a Jesucristo en tus hermanos. Es la mejor manera de glorificarle.

Aquí puedes bajar la reflexión completa en formato PDF del Encuentro Diocesano de Catequistas 2024