¿Qué es el domingo de la palabra de Dios?

El Domingo de la Palabra de Dios, la Iglesia la celebra el tercer domingo del tiempo ordinario, este año sera el 21 de enero, bajo el lema tomado del evangelio según san Juan: «Permaneced en mi Palabra», asi que algunos se preguntaran: ¿Qué es el domingo de la palabra de Dios?. Aqui te damos alguna pistas para que podamos celebrarlo juntos.

«Que la palabra de Dios se celebre, se conozca y se difunda cada vez más» (Misericordia et misera 7). Con estas palabras el papa Francisco, al término del Jubileo de la misericordia, animaba a toda la Iglesia a poner cada vez más en el centro de su vida y de su acción pastoral la Sagrada Escritura. Por lo demás, la palabra de Dios tiene en sí «un dinamismo» y «una potencialidad que no podemos predecir» (Evangelii gaudium 20.22), pues logra hablar al corazón del hombre para hacerle descubrir y conocer el amor misericordioso de Dios (cf Evangelii gaudium 128). Por este motivo, el Santo Padre, en la Carta apostólica escrita tras la conclusión del Jubileo de la misericordia, dijo que sería oportuno que «cada comunidad, en un domingo del año litúrgico, renovase su compromiso en favor de la difusión, el conocimiento y la profundización de la Sagrada Escritura: un domingo dedicado enteramente a la palabra de Dios para comprender la inagotable riqueza que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo» (Misericordia et misera 7).

En todo el mundo, desde hace años y con una gran respuesta de los fieles, un domingo, un mes o un período del año, está dedicado a la Biblia: «Ahora se ha convertido en una práctica común vivir momentos en los que la comunidad cristiana se centra en el gran valor que la palabra de Dios ocupa en su existencia cotidiana. En las diferentes Iglesias locales hay una gran cantidad de iniciativas que hacen cada vez más accesible la Sagrada Escritura a los creyentes, para que se sientan agradecidos por un don tan grande, con el compromiso de vivirlo cada día y la responsabilidad de testimoniarlo con coherencia» (Aperuit illis 2).

Respondiendo a las muchas solicitudes que le llegaron, para que toda la Iglesia, con su gran riqueza de tradiciones e iniciativas locales, pueda caminar unida y en «unidad de intenciones », el papa Francisco, con la Carta apostólica Aperuit illis, ha instituido un domingo del año litúrgico dedicado a la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia: el domingo de la palabra de Dios. Así pues, cada año esa jornada será celebrada el III domingo del Tiempo Ordinario y estará dedicada «a la celebración, reflexión y divulgación de la palabra de Dios» (Aperuit illis 3).

No es casualidad que el Santo Padre haya querido firmar la Carta el 30 de septiembre de 2019, memoria litúrgica de san Jerónimo, día en que comenzó el MDC aniversario de la muerte de este importante traductor y comentarista de la Escritura, a quien debemos la expresión: «La ignorancia de las Escrituras es la ignorancia de Cristo». La Sagrada Escritura siempre ha sido un puente de diálogo y también un contacto importante con otras confesiones cristianas y con otras religiones. No deja de tener importancia, desde este punto de vista, que el domingo de la palabra de Dios haya sido colocado en un período en el que la Iglesia celebra la Jornada de diálogo entre judíos y católicos y la Semana de la unidad de los cristianos, dándole un gran valor ecuménico y de comunión (Aperuit illis 3). Entre otras cosas, los evangelios de este domingo, en los tres ciclos litúrgicos, muestran el comienzo del ministerio y de la predicación de Jesús, el Verbo hecho carne (cf Jn 1,14).

Cada realidad local podrá encontrar las formas más adecuadas y eficaces para vivir mejor este domingo, haciendo «crecer en el pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura, como el autor sagrado lo enseñaba ya en tiempos antiguos: “Esta Palabra está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que la cumplas” (Dt 30,14)» (Aperuit illis 15).

Por tanto, es bueno que nunca falte en la vida de nuestro pueblo esta relación decisiva con la Palabra viva que el Señor nunca se cansa de dirigir a su Esposa, para que pueda crecer en el amor y en el testimonio de fe.

“Así pues, establezco que el III Domingo del Tiempo Ordinario esté dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios. Este Domingo de la Palabra de Dios se colocará en un momento oportuno de ese periodo del año, en el que estamos invitados a fortalecer los lazos con los judíos y a rezar por la unidad de los cristianos. No se trata de una mera coincidencia temporal: celebrar el Domingo de la Palabra de Dios expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura indica a los que se ponen en actitud de escucha el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad.” (Aperuit illis 3).

Las comunidades encontrarán el modo de vivir este Domingo como un día solemne. 

En cualquier caso, será importante que en la celebración eucarística se entronice el texto sagrado, a fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios. En este domingo, de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor. En este domingo, los obispos podrán celebrar el rito del Lectorado o confiar un ministerio similar para recordar la importancia de la proclamación de la Palabra de Dios en la liturgia. En efecto, es fundamental que no falte ningún esfuerzo para que algunos fieles se preparen con una formación adecuada a ser verdaderos anunciadores de la Palabra, como sucede de manera ya habitual para los acólitos o los ministros extraordinarios de la Comunión. Asimismo, los párrocos podrán encontrar el modo de entregar la Biblia, o uno de sus libros, a toda la asamblea, para resaltar la importancia de seguir en la vida diaria la lectura, la profundización y la oración con la Sagrada Escritura, con una particular consideración a la lectio divina.

Aqui puedes ver el documento completo Aperuit illis.